DIA
1
Caímos
en medio del desierto, entre la nada y la nada.
El
pánico se precipitó junto a nosotros para acompañarnos hasta el
final.
La
histeria, el miedo, el caos… todos llegaron para poblar el vacío
en nuestras almas, y muchas desaparecieron en un instante, tan rápido
que no hubo tiempo de decir adiós, no hubo tiempo de preocuparse por
algo… sencillamente la muerte les llegó más rápido de lo que
tardan en irse las preocupaciones de la vida.
El
resto quedamos a ciegas sobre la arena fría mientras en el cielo
oscuro tan sólo brillaban nuestros lamentos, quejidos que venían a
demostrar que aún quedaba vida en nosotros, una vida que no deja de
revindicar y protestar, tan escandalosa, como callada, silenciosa y
resignada era la muerte.
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