viernes, 10 de noviembre de 2017

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE: EPÍLOGO

EPÍLOGO

Llegamos tarde, un día tarde. Aunque en aquel lugar un segundo ya era tarde.
Encontré este diario en la mano del último superviviente, y quiero creer que deseaba compartir con el mundo su despedida. Sí, necesito creer que publicar estas palabras es cumplir el deseo de un héroe que nos dejó.

No puedo más que pensar que nos dejó este legado manuscrito con el único propósito de no morir en soledad, pues mientras escribía estas letras dejaba su vida acompañado de todos los que las leerán.

Las familias de todos los que padecieron a su lado han leído este diario, y desde el fondo de la honda pena que llevan en su corazón, le dan las gracias, porque aunque con dolor, leyendo este diario, han podido acompañar a sus seres queridos hasta el final de sus vidas.






NOTA DEL AUTOR:
Esto que a continuación voy a contar es un secreto que ha sido guardado en los últimos años para no dañar el recuerdo de los familiares. Cuento con la discreción de los lectores.
Cuando se lee en el epílogo que el diario se encontró en la mano del último superviviente, se omitió el dato de que fue el último y el único. Cuando se dice que lo escribió por completo en el día que murió, se omite que ese fue el primer día, el primero y el único.
El cuerpo fue encontrado entre los restos del avión junto a los demás. Los expertos llegaron a la conclusión de que fue la única persona que sobrevivió al impacto. Aproximadamente diez horas. Tiempo que dedicó a escribir el DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE.




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